Destilado
Soy hijo de un pueblo humillado,
entristecido por el sino de la tierra
que se niega a recibir las bendiciones,
ácidos que sin descanso caen del cielo.
De niños tuvimos que huir entre las tapias
y construir un instinto fortificado y
emigrante
con la compañía silente de espíritus
moribundos.
¡Cuanto dolor tomé del aliento encanecido
de mi padre!
Pueblo de mitos, fábulas, leyendas y
gruñidos en la noche.
Los siglos ruedan, rulan como esferas
por la pendiente.
Igual que un alud pasaron por encima de mi sombra
y suprimieron para siempre el paisaje de
mis ojos.
Entre aquel espanto he destilado toda mi
fortuna
y sin ningún destino cruje como huesos rotos.
Ya instalada entre quejas duermen mis obras,
Coplas del río que llegan a ésta bahía
repleta de descreídos y melancólicos.
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