Translate

jueves, 25 de julio de 2013

Faramalleros




Faramalleros

Anábasis de polvo;
los milicianos son millares y
sollozan sumergidos en la tristeza.
En su día se hicieron insumisos, hoy
caminan enjutos; ¡es día de los sometidos!
Sin duda es una marcha heroica, memorable!
En la derrota, mañana volverá la sonrisa al rostro.
Las crónicas narrarán los treinta signos del infortunio.
Algunas quedarán blancas, vacías; ¡destilarán estupidez!

Los poetas, pintores y escultores callarán; ¡nadie les escuchó!
Su trabajo fue negado y devaluado a la categoría de distracción.
Pero no callaron ni un solo día, ocultaron su voz en relicarios oscuros.
Tras la matanza grabaron en bronce los nombres de todos los verdugos,
en anaqueles de piedra los han escondido; ¡quedan juzgados y condenados! 
Su testimonio será fundamental; ahora es la semilla, el fermento desesperado.

Los faramalleros buscaron su silla de oro, no les importó cómo conseguirla.
Se reprodujeron como bacterias en una ciénaga; ¡hoy solas se consumen!
Se oyen voces de una nueva era; en ácidos venenosos nacen los hijos, 
alimentos que ahogarán toda su vida entre costuras que zigzaguean.

Todo estará perdido mientras no callen las bocas de los profetas,
mientras los padres de la pavía no planten acelgas en el jardín
y los intelectuales no coman en el bando de los vencidos.
Malditos seáis mil veces; todos convictos y cómplices.
Por más que utilicéis el tono de un discurso travestido
y hagáis juegos de manos con el limo de las palabras,
sois la recreación cheposa de vuestra mente nublada.

Justamente esa joroba es el testimonio de vuestra culpa,
al igual que la mía es esta sordina en la boca que me condena.

lunes, 22 de julio de 2013

Mi patria


La capilla Turkana. La Comella, 2003. Granito negro,  hierro, mortero y hormigón. 5 x 5 x 5 m. de diámetro. 

Mi patria

Mi patria no tiene nombre,
vive en la noche permanente,
descansa en un espacio cerrado,
clandestino, tras una puerta diminuta.

En el centro solloza como verdad difusa;
yunque de sueños de mil toneladas de peso.
La luz tenue penetra para ser absorbida por ella;
entre láminas azules quedan sus lamentos dormidos,
despiertan y entre las encinas huyen como rayos curvos.

Su oscuridad habla de nosotros, nos recuerda cómo somos.
con desconsuelo la observo,  hace tiempo que me espera.
Admiro su presencia estable, fundida en la penumbra
mientras me conmueve su misterio entre sordinas.
Cuándo podré cincelar en su piel los himnos,
las palabras del pensamiento dormido.
Cuándo estaré dispuesto a ceder
y a dejarlo todo en sus manos.

Con la devoción del niño que sueña,
cada día entro allí para acariciar su rostro,
para degustar sus besos con ardores oscuros,
para seducir su mudez, en silencio, hasta quedar dormido.

Lo hago con sigilo; así consigo someter su fuerza de animal milenario.

domingo, 21 de julio de 2013

Encuentro



La
humanidad
se forja en la lucha y,
para su mayor desgracia,
sólo se encuentra en la muerte
rodeada y sumergida entre misterios.

Con el espíritu resquebrajado se encorva,
se alabea y abarquilla en los tiempos de infortunio.
Con denuedo se hunde el alma en el légamo de estos días.
Los pulmones empollan huevos de una infección vírica, mortal.

Al final del trayecto no sabemos si descansar o dormir,
en este delirio permanente que depura los mil errores
y los actos generosos que hicimos por misericordia.

Sólo los puros de pensamiento tendrán reposo
entre el polvo sombrío del fuego y la tierra.

Los que no se atrevieron a pensar nada,
los que sienten el canto de las piedras,
los que no respiraron con arrogancia,
los conformes con las nubes y el sol,
para éstos habrá el confort del olvido.

A mí me espera una flameante lengua
que agitará mi alma en un tobogán diabólico,

por escribir sobre el barro estos versos, envenenados de dolor y osadía.

viernes, 19 de julio de 2013

Volar



Inquieto, el estornino perdió las alas, la cola,
vivamente, su cáliz respiró el piélago de tus ojos.
En esta noche, alguien desvela mis lejanos recuerdos.

La lluvia se desploma como niebla en el televisor, lluvia
que miro sentado en un sofá y sin pestañas en los ojos.
Con la cabeza inclinada 89 grados sobre los hombros,
la mirada bizqueante y extraviada entre mil desiertos,
gimo apenado de haber vivido entre indiferentes.
Con sosiego describo el movimiento de la brisa.
Lecho de lluvia ácida que calienta la tierra
donde se disuelven los pensamientos.

¡Tan silenciosamente!

En este universo,
confusos eternos,
depositan semillas
de una próspera raza.
Son hombres sin frontera
que cantan himnos de noche,
así degustan el placer de no sentir nada,
sólo el aroma de las dulces emanaciones del olvido.

En solitario, brindan por la victoria con una copa de cicuta fermentada.

miércoles, 17 de julio de 2013

Arrepentido

Arrepentido

Cansado de no creer en tu poder justiciero,
me alisto entre las huestes de los arrepentidos
y devotamente me contemplo en tu obra umbría.
Así, mientras escucho el sermón de la montaña,
me seco los pies con los cabellos de Magdalena
y guardo todos los clavos de Jesús crucificado;
¡espero! en un cofre con buena grasa, ¡espero!
Espero ver tu sonrisa en la cara del mundo y
la acción de tus libaciones en el gobierno.
Hasta hoy sólo he notado tu indiferencia
y la amargura de tu ausencia perenne.
Cuántas heridas puedes hacerme
con tus palabras dormidas;
¡arquitectura de sueños¡

¡Cáliz para bellacos,
cuánto desconsuelo
nace de tu bendición¡

Estoy por arrepentirme
de haberme arrepentido y
seguir así, sin patria y sin Dios
como las cargadas nubes del cielo.
¡Grial para todos los hombres sin credo!
qué mal cocida está tu pasta sin atributos

y qué reguero de confusión deja tu ausencia.

martes, 16 de julio de 2013

Inmolado

Inmolado

Es mejor morir
cargado de espanto
que no haber vivido nunca.
Es mejor ver la sombra del adiós
que ser sorprendido a traición cada día.
Es mejor perder las palabras de una en una
que haber olvidado la boca sin labios en la arena.
Es mejor vivir con deleite que morir gozando el cielo,
notar cómo los sentidos acarician débilmente los instantes
y con la mirada dejan flores encendidas en la baranda del puente.

No puedo entender a los héroes que se inmolan,
si no es que desean gozar de la muerte súbita.
 Elevarse y concebir una llamarada libertadora
al irradiar los nimios fragmentos del cuerpo.
Cenizas que llenan las arcas de la injusticia
con la metralla redentora de su dictamen.

Quizá lo que buscan está muy mal pagado.

Qué vamos a hacer con tantos mártires si ya no quedan plazas para recordarlos.