Constitución
Una constitución
sellada en el mismo suelo;
que con su aliento genere gobierno
para las almas libres de ambición y fervor.
Una constitución escrita en los soportes del olvido,
que con su soplo despeje todas las tentaciones humanas,
las que fatalmente inducen a apropiarse del sentido del mundo.
Una constitución abierta al vientre cálido de las semillas fértiles,
donde la muerte y la vida abandonan la frontera en un instante
y los cánticos en la noche, las celebraciones, no cesen jamás.
Dulce melancolía que llena los rincones del corazón dolido;
consuelo para los desesperados que hoy jalean la utopía
y no abandonan los vientos en manos de los políticos.
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