Vilezas
Qué
sueño es éste
que
nos arroja contra las rocas.
Es
la pavía que gime dolor de otro tiempo;
consumida se adormece entre sus propios delirios.
Ha
abierto el puñal y la cruz con su mano azul-violeta
para
desheredar una a una las almas de cinco continentes.
La
grandeza de los visionarios estremeció aquella historia
y
los aventureros y verdugos se hicieron mausoleos nobles.
Tierra
de vencidos que glorifica el saqueo de los vencedores,
orgullosos
entre hueseras comunes y las tumbas sin nombre.
Pueblo
bendecido por los santos, poetas, artistas y héroes,
desde
hace siglos masticas la levadura de la decadencia.
Los
retazos de tu funesto destino crecen como llagas,
lodazales
repletos de moscas que acaban de nacer
y
se apresuran a ser algo comiendo de tu sombra.
Así
se consumen los pueblos llenos de orgullo
y
en la venganza se envilecen los humillados.
Los
horizontes se pierden más allá del mar
y
la tierra se estremece en su inmensa pequeñez;
¡sólo
las derrotas nos preparan para entender el mundo!
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