Presagios

Presagios

Los años están cargados de viernes negros,

y el cielo, encapotado de gris pergamino;

¡oscura es la luz que pasa el manto

entreverado de los presagios!

Presagios de buena fortuna,

presagios de reconciliación,

¡presagios tristes, desdichados!

Uno de los presagios cae sobre nosotros

mientras tomamos café y galletitas redondas;

son augurios que anuncian los males de mañana.

Homilías agónicas, sospechas que llueven sin cesar;

sordas se golpean como las heladas piedras del cielo.

¡Los pueblos de España se aguzan con uñas y dientes¡

Qué se puede esperar más allá de las desgracias,

qué traen el chirrido de los cornetines cada día,

qué podemos  esperar de ésta pavía dividida.

Lucha entre naciones con el mismo carácter,

izando una caracha feudal en cada mano

y enviando legaciones de granaderos.

Piel añil, piel añil, piel añil, piel a mil.

Entre vasijas de barro bien cocido

oculto el caudal de los presagios,

presagios que nos dicen una y mil veces aquello que ya sabemos desde niños.