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domingo, 31 de agosto de 2025

Fénix o la ciudad del sol

 

Leer el devenir con los palitos de milenrama 2009


Encontrarse unido a los radiantes amaneceres, libre�liebre en la soledad del alba, es tomar aliento y ofrecer los cantos y danzas encima de Alcor. El viajero se desplaza y aprende, recuerda los pasajes que le traen el consuelo perdido y, en la espera, se encuentra solo y abandonado en el límite de lo posible: allí duda, sueña, danza y canta. Las acciones son huida, la puerta que oculta una situación dolorosa, la noche de la muerte en el límite, donde espera amanecer corzo�libre. Alcor es la ventana de luz y esperanza, el lugar de sucesos donde se encuentra el... Punt de fuga per una situació irreversible. (Reus 1992). Las performances en Alcor son proyecciones de los deseos nacidos y ejecutados en el Gran Viaje, allí donde se expresa en Realidad Estética. Fénix o la ciudad del sol nació por necesidad; es un homenaje a un músico, malabarista, filósofo y acróbata, que marchó demasiado pronto para conseguir lo que soñaba. El relato personal es la proyección de un deseo que se consume al sol, allí donde espero rehabilitarme y hacerme buscador de la luz del escultor. El perfil de la montaña sobrecoge, empequeñece con su dimensión; su presencia y sabiduría milenaria conmueve. Su voz acumulada se abre como un fósil entre las capas de roca y el tiempo se expresa de manera diáfana. Las huellas de lo sucedido han quedado ocultas, perdidas entre los labios, silenciadas por millones de años y comprimidas con la gravedad del pensamiento. Todo lo que veo lo transpira su poderosa giba. Cuando su misterio sale a la luz me sumerge, me sitúa en un estado irreal y aquello que era pasado remoto se abre al pensamiento como algo presente, doloroso y vivo. Su fuerza se revela como verdad intemporal y la acción más nimia, una gota de lluvia, es una señal de piedra que estuvo latente en el primer instante. Este hecho lo hace sagrado, le canto los salmos y lo llevo a la Ciudad del Sol. Las piedras que lanzo al aire como semillas, son réplicas diminutas de su voz, un soplo en el corazón del mundo. Mi canto de invocador, es una palabra arcaica que resuena en el valle hasta hacerse oír. El graznido de Fénix hoy sale de mi boca y se hace animal libre buscando los pasos de Andreu.


Libro Fénix o la ciudad del sol en PDF

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Resumen y aportación de IA



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